Wednesday, April 27

Carta a un amigo que abandoné

Durante tanto tiempo estuvimos juntos en las buenas y en las malas, durante tanto tiempo nos apoyamos en todo lo que pudimos y siempre nos dimos una palmada en la espalda y a veces incluso una cuchillada. Eso sí, siempre acompañamos grandes conversaciones detrás de la cebada y otras más grandes aún, sin darnos cuenta.

Fueron grandes años los que vimos pasar, los que se quedaron y de los que hablo cada que puedo. Aquellos que presumo al mundo entero y que revivo en cada canción, en cada imagen y sobre todo en cada recuerdo.

Fallar una y otra vez se convirtió en mi deporte favorito, te abandoné. Mis ganas de estar contigo, disfrutando y viviendo como antes me llevaron a la mentira. Lamento encontrarme y ponerte en situación tan desagradable, lamento deberte tanto y no poder pagarlo como debería, también lamento mucho no poder verte como yo quisiera.

No debo de culpar a otra persona más que a mí de la situación en la que me encuentro, no puedo quejarme con la eternidad de mis problemas ni estos deberían de afectarte. Sin embargo quiero pedirte algo, quiero pedirte una palmada, no un reproche, un poco de aliento y un abrazo cuando regrese, no una mala mueca. Y si te soy más sincero, y si tú estás dispuesto, el apoyo que necesito se encuentra en el '¿cómo estás?' en el '¿Qué tal te ha ido?' o similares.

Tampoco quiero que encuntres en todo esto un pretexto, ni quiero ser víctima, sólo quiero tu comprensión y sé que me entiendes, porque yo lo haría, y también sé que me vas a recibir de brazos abiertos, porque todos los haríamos.